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Ciencia Ficción, Terror y Fantasía

Los chulos satánicos

mayo 31, 2021 Antes, cuando la plata aún se movía por el Magdalena, todas estas veredas eran parte del Camino Real. Se movían tantas mulas por aquí, que la gente empezó a domesticar chulos para que se comieran la carroña de los animales muertos y poder despejar las vías.  Como para todo hay mercado, en…

mayo 31, 2021

Antes, cuando la plata aún se movía por el Magdalena, todas estas veredas eran parte del Camino Real. Se movían tantas mulas por aquí, que la gente empezó a domesticar chulos para que se comieran la carroña de los animales muertos y poder despejar las vías. 

Como para todo hay mercado, en este pueblo se vendían los animales ya enseñados. Los vendía la señora Dolores, arriba en el monte. Ella vendía dieciocho chulos en doscientos pesos, aseguraba que dejaban la carroña en huesos en una sola tarde. Dieciocho porque es tres veces seis, el número de la bestia. Como el perro se parece a su dueño, estos chulos estaban hechizados y gritaban lamentos desesperados en viernes santo, cuando recordaban los sufrimientos por los que pasaron, cuando fueron personas.

Dicen que eran indígenas, bravos Pijaos caníbales que resistieron la guerra total contra España durante casi 200 años. Ellos habían realizado un pacto, entre Lucifer y sus dioses, para acabar con todo lo cristiano de estas tierras: quemaron iglesias y profanaron tumbas. Por eso fueron condenados a vivir para siempre, consumiendo carroña y sirviendo a los hombres.

Pero su rebeldía nunca fue saciada.  Ellos vuelan en círculos concéntricos sobre sus presas o su comida. Una vez, un cura dijo que lo que dibujaban en el cielo eran los sellos con los que el Rey Salomón ocultó los poderes malignos de los generales del infierno. El mismo sacerdote que apareció en el cerro de la cruz, con las tripas devoradas y símbolos crípticos picoteados en la frente. Nadie se horrorizó, el tipo se lo merecía. Violador y mentiroso.

Desde ese momento, hace más de cien años, la gente de por aquí no va a misa. La gente de por aquí adora a estos animales en secreto. Les dan cuerpos para que coman y les hacen fiestas para que beban. La gente de por aquí cree que ellos hacen mejor justicia que Dios.

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